Las Termas de Caracalla o Termas Antoninas es un complejo situado cerca del Circo Massimo de Roma, a pocos minutos del Coliseo y Palatino. Se trata de unos baños públicos, abiertos a toda clase de ciudadanos romanos, utilizados durante más de 300 años desde el 216 al 537 d.C.

Los baños romanos públicos o termas era un lugar de ocio para el ciudadano del Imperio Romano. Aunque indudablemente tenía una función sanitaria, de higiene  incluso medicinal, principalmente los romanos acudían a las termas a encontrarse con amigos bien para tener un momento de ocio o para cerrar algún negocio.

De hecho, de las ya sabidas bañeras con agua de distinta temperatura, las Termas de Caracalla contaban con espacios donde comerciantes ofrecían sus productos, un pequeño estadio e incluso biblioteca. Sería una especie de centro social-comercial donde acudían en el tiempo libre.

Las termas públicas estaban abiertas a todo el mundo aunque si bien es cierto las personas que contaban con unos baños privados en sus villas no hacían tanto uso de ellas.

Qué ver

Principalmente de las Termas de Caracalla habría que disfrutar del estado de conservación. Aunque las Termas de Diocleciano eran de una dimensión mayor, actualmente no se conserva prácticamente que restos anexos a nuevas construcciones. Las Termas de Diocleciano se encontrarían actualmente en frente del Parking de la Estación de Termini junto a la Piazza della Repubblica.

Aunque las termas dejaron de dar servicio a mediados del siglo VI d.C. y fueron saqueadas llevándose estatuas y demás riquezas, todavía se conservan algunos mosaicos en su lugar natural.

Llama la atención igualmente la conservación de arcos y bóvedas parcialmente intactas que permite hacerse a la idea de la dimensión del recinto y te transporta a entonces.

También destaca el sistema del hipocausto que se trata de una calefacción del suelo. Aunque Cayo Sergio Orata fue el ingeniero romano que lo perfeccionó para termas como la de Caracalla, se cree que el sistema venía de Grecia puesto que los primeros indicios del sistema se encontraron en Olimpia un siglo antes del nacimiento de Cristo.

Recomendaciones

La visita de las Termas no es de las más típicas que suele hacer el visitante en Roma. No se encuentra demasiado lejos del complejo imperial (Coliseo, Foro-Palatino y Circo Massimo) pero quizás no resulta tan interesante. Para mi, merece la pena visitarlo porque aunque menos espectacular que el Coliseo, es un centro bastante bien conservado y en el que los romanos pasaban más tiempo.

Para acudir a las Termas, lo mejor es realizarlo al final del trayecto de Coliseo > Foro – Palatino > Columna Trajano > Altar de la Patria > Bocca della Veritá > Circo Massimo > Termas. Hay que tener en cuenta que cierra a las 18.15 y que muchos de los recintos previos pueden tener cola.

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También puede ser un complemento a otra visita. Hay que tener en cuenta que cerca de las Termas se encuentran también la Basílica de San Juan de Letrán (San Giovanni in Laterano) o la Pirámide romana de Caio Sestio donde se encuentra la estación desde la cual llegar a Ostia Antica. A media hora de la zona de las Catacumbas (Calixto, Domitila y San Sebastiano) y a otra media hora en la otra dirección, Porta Portese, el mercadillo popular de Roma. En la misma Pirámide, , por ejemplo.

Para llegar en transporte público directamente, lo mejor es optar por la parada de Circo Massimo y no la del Colisseo que está más alejada.