Minas de Sal de Gruissan, cerca de Narbona

Visitando la región francesa de Occitania, que linda con Catalunya en España, se encuentran las Minas de Sal de Gruissan. Una zona de minas de agua de mar donde se extrae una sal de muy buena calidad. La empresa que las gestiona las utiliza para transformarlas en sal de baño y comestible con otros sabores desde el pimentón, al chocolate pasando por jengibre o menta.

Las minas se encuentran a unos kilómetros de la pequeña ciudad costera de Gruissan. Es un bonito pueblo rodeado de la vegetación del Parque Nacional de la Región Narbonense y de “étangs”, estanque en francés, que sería algo parecido a lagunas naturales con salida al mar que hace que sea una zona muy propicia para los cultivos y para la recolección de Sal.

Las minas de sal de Gruissan

Como ocurre en otras salinas, las minas de Gruissan son grandes estanques de agua salada donde el sol seca el agua y cristaliza la sal que el personal recoge (Saunier). Esa sal luego se transforma en otros productos y allí podemos comprarlos online o en su tienda. Además allí hay un un “Eco-Museo” donde explican el proceso de recolección, las herramientas y uniformes del personal, el proceso antiguo y como la tecnología les ha hecho llegar hasta ahora.

Además, hay un restaurante donde degustar productos de la zona, obviamente bien aliñados con sal de la casa. Los precios realmente tampoco eran demasiado elevados para ser productos frescos. Mucho marisco, arroces, ostras que se pueden degustar con vino de la zona en alguna de sus terrazas junto a las salinas con ese característico color rosado.

Recomendaciones

Si viajas tranquilo y tienes tiempo de desviarte es una experiencia que merece la pena. Tanto Gruissan como sus salinas son bastante pintorescas. Eso si, si conoces el proceso o has visitado otras salinas anteriormente, no te esperes grandes diferencias.

Merece la pena comprar sal de allí aunque sea de un precio superior. Desde dulces hechos con sal hasta botecitos de mil formas y tamaños, hay bastante donde elegir. Recuerda que toda la sal que venden a granel es sal gorda y necesitarás un molinillo para utilizarla en la mayoría de los platos. Tranquilos, allí también los venden.

Si es la hora del almuerzo, recuerda que en Francia es en torno a las 12h-13h, no es mal lugar para comer producto fresco con buenas vistas. El aparcamiento es gratuito y estás en plena naturaleza. Los costes de tener que desplazarte, aparcar y encontrar sitio en un restaurante pueden ser compensados al comer allí. Hay más opciones que el marisco y no tiene un precio muy elevado.

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