Parador de Santo Estevo en Ourense
Pensar en Galicia es pensar en verde, en valles, en tranquilidad, en comer bien y en beber bien. Muchos puntos de Galicia cumplen con este requisito pero viajar a la Ribeira Sacra es unirlos todos en un mismo punto. La arquitectura que podemos encontrar como es el Parador de Santo Estevo, el Monasterio de Oseira o la Catedral hace que Orense sea un lugar a tener en cuenta.
El Río Sil por sus cañones separa el norte y el sur, la provincia de Orense y la provincia de Lugo pero une un paraje fascinante que es reconocido por su buen vino, el vino de la Ribeira Sacra que hasta Barack Obama ha utilizado para brindar en alguna ocasión.
Entre viñedos y bosques húmedos se encuentra el Parador de Santo Estevo o Parador de San Esteban que si bien merece la estancia, al menos si que es obligatoria su visita.
El Parador de Santo Estevo
Considerado el mejor Parador de España en 2015, el Parador de Santo Estevo es un monasterio con más de catorce siglos de antigüedad y que fue convertido en parador en el año 2004 inagurándolo Manuel Fraga, presidente de la Xunta de Galicia por entonces.
Lo que más destaca del parador es su fachada que es de estilo barroco del siglo XVIII. El templo unido por las fachadas a una iglesia románica con detalles góticos y sus tres claustros de diferentes épocas. Uno de ellos destinado a la piscifactoría de ejemplares traídos del Sil cuando el monasterio estaba destinado a los monjes.
Actualmente es uno de los buques insignia de Paradores, la empresa pública española encargada de gestionar la explotación de la red de establecimientos de hostelería propiedad del estado español. Dicha empresa se encarga de la construcción, rehabilitación y explotación de instalaciones con siglos de historia, como es el caso del Parador de Santo Estevo. En los diferentes rankings anuales es fácil ver como el Parador de Santiago, de Alcalá de Henares o de Cangas de Onis se codean con el de Santo Estevo.
El parador cuenta 77 habitaciones y un spa que incluye un jacuzzi exterior con vista al bosque frente al Cañon del Sil. Además incluye un restaurante con terraza a los castaños y una cafetería con vistas al claustro principal. Dicho claustro es una de las zonas visitables por las personas que no cuentan con estancia en el mismo.
La visita guiada nocturna al parador
Como ya hemos comentado, el parador cuenta con lugares con siglos de historia restaurados. Miles de de historias y leyendas de los monjes que allí habitaron. Muchos de esas estancias están libres para el visitante al igual que la iglesia que se encuentra anexa al parador. Si acudes al mismo con luz del día podrás entrar a ver la iglesia sin problema.
Sinceramente, el monasterio vale por si solo una estancia. Está perfectamente reconstruido y el paraje de alrededor es increíble, como si de cuento de hadas. Pero si hay algo por lo que te recomendaría que te hospedaras es por la visita nocturna. Está realizada por el Druida Ros, un verdadero showman que por momentos te hace sentir que es un verdadero monje de los que habitaban el monasterio.
Después de visitar la iglesia, los claustros con sus historias y leyendas se acaba en la antigua cocina del monasterio. Allí es donde ofrece una apetecible queimada con su conjuro en español y galego. Este servicio solo está disponible por la noche (aumenta la espectacularidad de la visita) y solo para los hospedados. Tiene un coste adicional que se abona en la recepción.